viernes, 20 de marzo de 2009

Absolut v0dka


Absolut Vodka es un tipo de vodka de origen sueco.
Fue introducido por el empresario
Lars Olsson Smith, en 1879, en un pueblecito llamado Åhus, de la comarca sueca de Escania.
Se vende en botellas de 700
ml o de 1000 ml y también en packs especiales, con una graduación del 40% de alcohol.
Actualmente es la tercera bebida blanca tras
Bacardí y Smirnoff, con mercado en más de 120 países, y de gran importancia en EE. UU., donde el 40% del vodka importado allí, es Absolut.
Historia [editar]
Todo empezó en
Åhus, un pueblo al sur de Suecia. Se cuenta que Lars Olsson Smith heredó el control de gran parte de la producción del vodka sueco. Durante el siglo XIX desarrolló un proceso para destilar el aguardiente de trigo, denominado rectificación… método que aún se utiliza en la actualidad.
Sin saberlo, al crear el Absolut Rent Bränvin (absolute pure vodka), Olsson Smith inventó lo que cien años después se conocería como Absolut. El vodka sueco comenzó a venderse en 1879. Mientras muchos publicistas suecos se rompían la cabeza pensando qué tipo de envase usar para comercializar el producto, Peter Ekelund, Lars Börje Carlsson y Gunnar Broman, de la agencia Carlsson and Broman, encontraron la solución:
Una botella totalmente transparente, sin etiqueta, con las letras
grabadas encima para poder ver a través de ella. Con toques plateados y la foto de su fundador
: Lars Olsson Smith. ¡Era claramente una botella de jarabe medicinal! Gunnar Broman al ver las botellas de medicina suecas tuvo la gran idea de embotellar el vodka en aquellos
envases después de todo, en los siglos XVI y XVII, el vodka era comercializado como una medicina que prometía curar muchos males.
La botella de Absolut Vodka había nacido. Esta botella es hoy día uno de los grandes diseños de la historia y una obra maestra del diseño en cristal.
Se produjo la
primera edición de Absolute Pure Vodka para exportación el 17 de abril de 1979. Dos meses después se vendía por primera vez fuera de Suecia, en los Estados Unidos, en Boston.
Pero era indispensable crear una buena campaña de comunicación y publicidad en EEUU, se acudió a la agencia TBWA, donde Geoff Hayes, dio a luz a una de las campañas más duraderas de la historia de la publicidad.
El nombre original de la botella era “Absolute Pure Vodka”, pero en América, no permitieron registrar palabras como “Absoluto” o “Puro” para una marca comercial, así que ésta se limitó a “Absolut Vodka”.

Dicen, que Hayes intentando
transmitir la idea de “Purificación”, “Pureza”... dibujó un halo místico. Así fue como nació el primer anuncio de Absolut "Absolut Perfection"
Unos años más tarde, en 1985 Andy Warhol, pidió pintar la botella mágica medicinal. Nació Absolut Art. Después de él, centenares de artistas han diseñado sus anuncios.
Los creativos publicitarios del Absolute Vodka nos retan a desenredar el mensaje o simplemente a encontrar la forma de la botella dentro de un paisaje o contexto.
La campaña de Absolut Vodka es hoy catalogada como una galería de arte publicitario global, Absolut Vodka es un icono en la historia del siglo XX y una página importante del arte contemporáneo.
Sabores [editar]
Cuenta con distintos sabores, para darle un toque alternativo al Absolut tradicional:
Absolut Citron
Absolut Peppar
Absolut Kurant
Absolut Mandarin
Absolut Mango
Absolut Vanilia
Absolut Raspberri
Absolut Apeach
Absolut Ruby Red
Absolut Pears
Absolut New Orleans (Ed. Limitada sólo disponible en EEUU)
Absolut Los Angeles (Ed. Limitada sólo disponible en EEUU)
Absolut 100
Además cuenta con tres versiones del Absolut tradicional:
Absolut Blue (Absolut Tradicional con la botella clásica de etiqueta azul)
Absolut Red (Absolut de 50% Vol. y 100 Proof con botella clásica etiqueta roja)
Absolut Level (Absolut destilado 5 veces).

martes, 17 de marzo de 2009

josepf frtzl

Srta. Elisabeth Fritzl (nacida el 8 de abril de 1966) es una mujer austriaca que permaneció secuestrada durante 24 años por su propio padre, desde 1984, hasta ser liberada el 26 de abril de 2008. Tenía 42 años de edad al momento de su liberación.
Su padre, Josef Fritzl, de 73 años de edad, abusó sexualmente de ella desde que ella tenía 11 años y durante su cautiverio, en el cual ella dio a luz a siete hijos, inclusive tuvo una pareja de gemelos, uno de los cuales murió poco después de nacer y fue incinerado por el propio abuelo-padre. Según explicó la policía de Austria, él la mantuvo aislada desde que tenía 19 años, en un zulo del sótano del edificio residencial de dos pisos donde él mismo vivía con su propia esposa (con quien también tuvo siete hijos), en Amstetten, pueblo de la Baja Austria.

Historia del caso

Se cree que Josef Fritzl empezó a abusar de su propia hija Elisabeth en 1977, encerrándola en un zulo dentro de la vivienda de la familia el 24 de agosto de 1984. En septiembre de 1984 apareció una carta manuscrita de Elisabeth, en la que explicaba a sus padres que dejaran de buscarla. Entre 1988 y 1989 nació Son Kerstin en el zulo, su primera hija. Su segundo hijo, Stefan, nació un año después. En mayo de 1993, se encontró un niño recién nacido en el portal de la casa de la familia, junto a la que apareció una nota de Elisabeth en la que pedía que cuidaran de su hijo, y en diciembre de 1994 nació otro bebé, Monika. Los padres de Elisabeth se hicieron cargo de los niños. En mayo de 1996, Elisabeth dio a luz gemelos, uno de los cuales murió a los tres días de nacer. Josef Fritzl confesó haber incinerado el cuerpo en casa. El gemelo que sobrevivió, Alexander, pasó a vivir con la familia en 1997. Una nueva nota de Elisabeth en 2003 relataba que había dado a luz otro niño, Felix, un año antes quien, como sus hermanos Kerstin y Stefan, permaneció encerrado en el calabozo (el sótano de un edificio residencial de dos pisos, que Josef fue extendiendo con los años, instalando una puerta corrediza de hormigón reforzado, con un código secreto). Todos ellos vivían detrás de unos estantes, y algunas partes de las celdas no tenían más de 1,70 metros de altura.[1] [2]
El 19 de abril de 2008 Kerstin ingresó en el hospital debido a una enfermedad que amenazaba su vida. Se encontró una nota de su madre en un bolsillo de Kerstin en la que pedía auxilio,[3] la policía se apresuró por encontrar a Elisabeth. Fue entonces cuando Josef Fritzl explicó que Elisabeth estaba con Stefan y Felix. El 26 de abril de 2008, Elisabeth y su padre aparecieron juntos en el hospital en el que Kerstin recibía tratamiento. Josef Fritzl fue arrestado al ser sospechoso de abuso sexual y secuestro. Al día siguiente, Elisabeth y sus hijos recibían asistencia sanitaria.
El 28 de abril Josef Fritzl confesó que encerró a su hija en un zulo sin ventanas durante 24 años y tuvo con ella siete hijos. Él tenía a su hija drogada y maniatada en casa. Según dijo la Policía, Fritzl, que había asistido a cursos de formación profesional en la rama de electricidad (en alemán, "Höhere Technische Lehranstalt" [1]), construyó una prisión a través de una pequeña puerta escondida, que se accionaba mediante un código secreto que sólo él conocía. La esposa de Fritzl, Rosemarie, dijo no saber nada de dónde estaba Elisabeth. Creyó que su hija había desaparecido voluntariamente según las cartas manuscritas que se encontraron de ella.[4]
Josef Fritzl, acusado de haber encerrado en su sótano y violado sistemáticamente a su hija durante 24 años, aseguró que el sexo con su víctima era como una "adicción".
Estas declaraciones de Fritzl, de 73 años, forman parte de una entrevista con su abogado defensor, Rudolf Mayer, de la que algunos fragmentos fueron publicados en el semanario austríaco News.
Fritzl reconoció que el impulso por mantener relaciones sexuales con su propia hija "se fue haciendo más fuerte", aunque niega que las violaciones comenzaran cuando Elisabeth, que hoy tiene 42 años, tuviera 11 años de edad, tal y como la víctima declaró a la Policía.
En el reportaje de News, cuya autenticidad fue confirmada a EFE por el letrado, el detenido reconoce que sabía que hacía daño a su hija pero que el "ansia de poder hacer algo prohibido" era demasiado fuerte.
Este técnico electricista jubilado dejó a su hija embarazada en seis ocasiones durante los 24 años que duró su cautiverio. Al respecto, Fritzl asegura que "se alegraba de la descendencia" y que para él era bonito "tener también en el sótano una auténtica familia".
En ese terrorífico microcosmos, el presunto criminal ejerció una autoridad incontestable ante su hija y los tres hijos-nietos que con ella habitaban: "Me aceptaban completamente como cabeza de familia. Nunca se hubieran atrevido a atacarme", relata Fritzl.
De hecho, llegó a advertirles que la puerta del zulo estaba electrificada y que morirían electrocutados si la tocaban.
Fritzl, que ya en 1967 había sido condenado a prisión por un delito de violación, encerró a su hija en 1984 e inventó la historia de que la joven se había fugado para incorporarse a una desconocida secta.
En un intento por justificar su crimen, Fritzl explicó a su abogado que cuando Elisabeth llegó a la adolescencia, dejó de respetar sus reglas y comenzó a "beber alcohol y a fumar".
"Por eso tuve que procurar un lugar en el que, en algún momento, pudiera mantener a la fuerza a Elisabeth alejada del mundo exterior", relató Fritzl.
Sobre su niñez, el acusado indica que se crió durante el nacionalsocialismo y que en esa época el adiestramiento y la disciplina significaban mucho.
Además, Fritzl confirmó que subió a su propio hogar a los tres hijos frutos del incesto que eran más débiles y que obligó a su hija a escribir las cartas que empleó para fingir que los niños habían sido abandonados por Elisabeth y así justificar su aparición.
El conocido como "carcelero de Amstetten", por la localidad cercana a Viena donde se desarrolló la tragedia, forzó a Elisabeth a redactar otra carta el pasado enero en la que anunciaba un pronto regreso al hogar con tres hijos.
Fritzl, explica que se "había vuelto viejo" y que en el futuro no podría "cuidar" de su familia del sótano.
Su plan era que los cautivos relataran que habían vivido todo ese tiempo en un lugar secreto junto a los miembros de una secta.
La truculenta historia salió a la luz a finales de abril, cuando Fritzl se vio obligado a acudir a un hospital con Kerstin, la mayor de sus hijas-nietas, afectada por una grave enfermedad de origen genético y relacionado con el incesto.

Repercusión mediática [editar]
La noticia tuvo un gran impacto mediático desde el primer momento, usando los medios de comunicación el sobrenombre de "El monstruo de Amstetten" para Josef Fritzl.[5]

Tratamiento de los menores [editar]
Cinco hijos de Elisabeth fueron trasladados junto con su madre y su abuela Rosemarie a una clínica cercana a la localidad de Amstetten, mientras Kerstin, en coma inducido, permanecía en el hospital de la localidad, donde había sido ingresada tras un fallo multiorgánico y posterior estado de inconsciencia sufrido en el zulo.
Allí, un grupo de los mejores psicólogos austriacos trata de sacar adelante a cada uno de ellos. Algunos nunca habían visto la luz del día como Stephan o Felix. También se hizo lo posible por aislar de los medios de comunicación a los tres niños que vivían en la casa con sus abuelos.
La terapia consistió, entre otras cosas, en la elaboración de un mural en el que cada miembro de la familia plasmaba con sus manos con una frase, en salidas nocturnas individuales a cenar, cursillos de natación o incluso, una de las niñas que llevaba una vida normal, Monika, fue enviada cuatro días a unos campamentos organizados por los bomberos.
Tras un gran sufrimiento sobre todo de su hermano Stephan, Son Kerstin fue despertada a finales de mayo y el día 8 de junio se reunió con el resto de la familia. Ella tampoco conocía nada diferente del bunker hasta entonces.
Se espera la rehabilitación tanto física (principalmente el mal funcionamiento de algunos órganos y del sistema inmunológico; también de las dentaduras) pero sobre todo mental de las víctimas.
El 14 de noviembre de 2008, Josef Fritzl fue acusado de homicidio, esclavitud, violación secuestro e incesto.[6